Los verdaderos bienestares tienen un pasado.
El arquitecto naval, los de la marina mercante, los oficiales de puente, los “mecánicos”, pueden muy bien describirnos diferentes tipos de barcos,,, muy al contrario, es preciso rebasar los problemas de la descripción para llegar a atisbar qué nos une a nuestro primer barco; hacer el esfuerzo necesario para captar el germen de la felicidad central, segura, inmediata que nos proporciona.
Nuestro primer barco es nuestro rincón del mundo; es realmente un cosmos, de una calidad primitiva que pertenece a todos y accesible a todos,,, si aceptas soñar.
Parece que nuestra vida adulta se halla tan despojada de las primeras sensaciones, los lazos vitales profundos están tan relajados que no se sienten ni tampoco quizás se recuerden nuestros primeros apegos al universo real en el que vivimos.
¿De qué serviría mostrar el plano del barco que fue realmente MI PRIMER BARCO, decir que era rojo, con letras grandes en los costados, describir la maniobra, que dentro casi cabías de pie?.
En estas condiciones, si nos preguntaran cuál es el beneficio más precioso de nuestro primer barco, diríamos: alberga el ensueño de navegar para siempre,,,
Yo solo, en mis recuerdos, puedo recostarme en las colchonetas de proa,,, que conserva todavía, para mí solo, el aroma único, límite, el olor a salitre de las velas.
Y todos los espacios de nuestras soledades pasadas, los espacios donde hemos sufrido de la soledad o gozado de ella, donde la hemos deseado o la hemos comprometido, son en nosotros imborrables.
¡Qué claras permanecen en la conciencia muscular mis primeras viradas!
Cuando revivo las llegadas a boya estoy seguro de que el propio barco tenía músculos, contramúsculos. Sentado en mi casa frente a esta pantalla en la que escribo, el recuerdo de aquella primera regata me sirve de ejercicio. Al escribir este pasaje me siento liberado del deber de salir a navegar: estoy seguro que ya estoy a bordo.
Y se encontrarían mil intermediarios entre la realidad y los símbolos si nos diésemos el tiempo:
¿Hay algo que sugiera más a la imaginación que las estelas en la mar,,,?
Imposible olvidar el barco inolvidable.
La memoria no es la facultad de clasificar recuerdos en un cajón, o inscribirlos en un registro, no hay registro, no hay cajón,,,
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